Lazos rotos
en la frontera de tu piel y mi piel.
Un juego de equilibrios
sin saber de qué lado
debemos caer.
Caminando al filo de la navaja
ya no me importa
si me sangran los pies.
Hace tiempo que vagamos
en el engaño del parecer.
Forzando los límites
nos aferramos a un recuerdo feliz.
Buscamos, desesperados,
un motivo para seguir.
Me mientes y te miento
al decir que no es el fin,
pero nuestros ojos gritan
lo que nosotros no queremos decir.