lunes, 14 de septiembre de 2009


Camino al borde de un precipicio
que no puedo mirar,
creando de la nada circundante
los precarios peldaños
de mi escalera hacia el final.
A ciegas, tambaleante,
lucho por avanzar
sobre un camino empedrado
de cruda realidad.
Los pies, ya desgastados,
se tropiezan al andar
con pasados y futuros
lastres de soledad.
Siento el vacio circundante,
como me llama su oscuridad,
con un canto de sirena
que me invita a abandonar
quedándome con su nada
y su extraña y fria paz.

miércoles, 2 de septiembre de 2009


Aturdida,
recorro las horas
mirando sin ver
como se escapan los días
y el recuerdo
de nuestro feliz ayer.

Impulsiva,
busco una salida
fácil de escoger,
donde la esquiva sonrisa
se empaste, artificial,
encadenada a mi piel.

Decidida,
soy sin ser,
una cáscara vacía
que un armazón oxidado
sigue manteniendo en pie,

y dejo que los dias
pasen otra vez,
arrastrándo mi hastío
en su vida apresurada,
hasta que me hunda en él.
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