lunes, 29 de enero de 2007


Hay personas que tienen un "algo" especial, algo que los demás no podemos ver, ni definir, pero que sí que podemos notar... Lo notamos porque, de algun modo totalmente inconsciente, esas personas lo irradian, lo exhalan como un perfume que las envuleve a su paso...


Es un aura mágica, un encanto diferente que hace de esa persona alguien especial... Y no es belleza físisca, ni siquiera intelectual, es algo que va más allá de todo eso, de todos los valores supuestamente "útiles" o "valerosos" para nuestra sociedad... Esas personas tienen algo más, algo que las marca como únicas, como realmente "valiosas"...


Y, cuando por alguna extraña circunstancia, una de esas personas se cruza en tu vida, bien sea por azar, casualidad o cualquier otro capricho del destino; el mundo parece sonreirte, se convierte en un lugar más amable, más mágico, un lugar donde al fin y al cabo no se está tan mal...


A lo largo de mis escasos 21 años he tenido la fortuna de cruzarme con muchas de esas personas, chispazos de luz que han hecho mi vida un poquito más brillante, dandole la luminosidad que a ella le faltaba... A todos ellos quiero darles las gracias: gracias por formar parte de mi vida; por haber contrubuido a alimentar mi pequeña llama; por darme magia, alegria, noches de fiestas pero tambien hombros donde llorar y manos en las que apoyarme; gracias por hacer del mundo un lugar donde merece la pena estar.


No voy a poner nombres porque los carga el diablo y siempre se te pasa alguien que es tan importante como el resto. Solo dire que gracias a Dios sois muchos y que aunque algunos/as sois recientes adquisiciones de mi elenco de estrellas (acabais de entrar en mi vida) ya os quiero como a los que más; a los/las que llevais tantos años ahí, al pie del cañón, jamás podre pagaros tanta vida; a aquellos/as que pasaron fugazmente, gracias por haberme dejado disfrutaros; a aquellos que tanto significais para mi aunque a veces estemos un poquito lejos (porque vosotros os empeñais en alejaros), no perdereis jamas ni un ápice de valor para mi...


Sin vosotros este mundo sería más oscuro, sin vuestra magia mi mundo nunca habria llegado a existir...


Os quiero muchísimo

domingo, 28 de enero de 2007


Atrapada, encerrada tras mi propia piel


Me encuentro prisionera de la barrera que yo misma he alzado a mi alrededor.


Pacientemente, piedra a piedra, he creado mi particular barrera de contención.


Esa barrera infranqueable, un muro inexpugnable que es mi condena y mi protección, levantada con ahínco a lo largo de los años.


Una barrera para protegerme del mundo (o, quiza, para proteger al mundo de mí)


Una frontera que suelo disfrazar: a veces indiferencia; otras cinismo e ironía; en ocasiones despreocupada locura, actos impulsivos e irracionales; raras veces silencio, actitud taciturna, timidez extrema; algún dia que otro sencillamente mala leche...


Un elenco de roles, miles de "yo" cuya única misión es ocupar provisionalmente el lugar de ese pequeño yo perdido, miedoso, frágil, que se esconde tras mi barrera inexpuganable...


O no tan inexpugnable...


Porque a veces se debilita, se le abren grietas por donde escapan rescoldos de mi alma...


Fisuras por donde se derrama en forma de palabras...


Retazos de mi misma que mueren si no llegan al papel, porque son étereos, timidos y fugaces y solo el papel, con su inmaculado magnetismo, los puede retener...


Pero yo, como diligente defensor de mi castillo, me apresuro a cerrar esas fisuras por donde puede doler


Porque la vida es hostil, porque el miedo es cruel


Prefiero seguir escondida, protegerme tras la barrera, perderme en el laberinto que yo misma diseñe...


O quiza no lo prefiero, quiza es que no encontré, en algún momento del camino, el modo de volver


Quiza no me proteja, quiza realmente esté, como he dicho al principio, atrapada en mi piel...

sábado, 27 de enero de 2007


Seguro que conoces esa sensación: esa presión en el pecho que te ahoga, te paraliza, no te deja respirar; que lo mismo te para el corazón que te lo acelera al límite de su resistencia...Es la peor sensación del mundo...Es el MIEDO...
Ese sentimiento mezquino, resbaladizo, que no puedes controlar porque es tan irracional que a veces ni siquiera eres consciente de que lo sientes...A veces solo sabes que no puedes, que, por algun extraño motivo, tu cuerpo, tus palabras o tus actos han dejado de pertenecerte y te mueves por impulsos, por resortes, como un reloj que no puedes controlar y, mucho menos, detener...
Y es entonces cuando aparece el daño, porque esa es otra de las odiables ruindades de este sentimiento: siempre causa dolor. Daño a ti mismo, daño a los demás, a los que más quieres, y siempre de forma involuntaria...Pero es porque el miedo, en sí mismo,es cobarde y se disfraza de otras cosas, para que no lo podamos reconocer y luchemos contra él. Así, el miedo se tranforma por ejemplo en odio, que nos lleva a la ira a dañar a los demás; el miedo tambien nos hace levantar barreras para impedir a otros que se acerquen y así nos hacemos daño a otros y a nosotros mismos; el miedo tambien nos lleva a exigirnos hasta límites inhumanos, a forzarnos hasta donde no forzaríamos a nadie más y de nuevo volvemos al daño...
El miedo nos lleva a refugiarnos en las cosas más insospechadas y,casi siempre, dañinas; en las escusas más estúpidas e inverosímiles o en las fantasías más aberrantes...
El miedo nos domina de forma que no nos demos cuenta, con mezquindad, con avaricia...
Pero,¿sabeis que? Tambien existe una salida: dejarse caer. Ponerse al borde de nuestro abismo y decidir saltar dentro de él, solo por ver que pasa. Dejar atrás el dolor, ignorar las voces disonantes que te dice que qué demonios haces y probar...Probar, y como dice George Clooney en su papel de Dany Ocean en la pelicula de Ocean's eleven: "jugar, jugar como si no tubiéramos nada que perder"

viernes, 26 de enero de 2007


Es curioso el movimiento pendular, creo...Oscila de un lado a otro, de un punto álgido en el que casi (y solo casi) parece alcanzar el equilibrio para de nuevo precipitarse al vacío y más tarde remontar, esta vez en el extremo opueso, hasta ese punto de (casi) equilibrio.

Es ese continuo movimiento de vaiven, de transición entre estados que se repiten pero nunca son el mismo lo que constituye su esencia, lo que lo caracteriza, lo que me fascina...

Porque además ese vaiven se comunica de modo que, si pones lo suficientemente cerca un pendulo de otros, su búsqueda se hara común, se transmitiran entre si ese movimiento de pretensión de equilibrio...Como esas redes de relaciones humanas, esas telas de araña que nos entremezclan y cruzan nuestros caminos como sus hebras (a veces de forma casual e instantánaea, otras, por fortuna, de un modo más perdurable) estos pendulos se relacionan y se hacen humanos...O quiza es que somos los humanos el péndulo...Nosostros en nuestra constante e inacabable búsqueda del equilibrio, de ese punto álgido en el que parecemos flotar... Ese instante mágico que a veces se nos regala, pero que es tan fugaz que cuando acaba (y por desgracia lo hace siempre) siempre queremos más...Y entonces nos precipitamos al abismo, para volver inevitablemente a ascender en el otro extremo de la cuerda, en pos de ese punto álgido.

Y también nos relacionamos, de modo que si nos acercamos lo suficiente a otros, podremos coordinar esa búsqueda del quimérico equilibrio y ahí está la magia del movimiento pendular...

Ese que siempre se repite pero que siempre es diferente, que nos eleva y nos hunde, que nos acerca y entrecruza y siempre volver a empezar (aunqu sea en el extremo opuesto)

Quizá es por eso que me fascina el movimiento pendular...

domingo, 21 de enero de 2007


Inevitable, inabarcable

como ese fuego que te quema y arde en tu mirar

y hace que tus ojitos brillen, traviesos, mientras te acercas y sonríes.

Y es calor,

y el equilibrio (que ya sabes, es imposible)

hace que vuelva a caer,

acelerada la respiración,

en el brillo travieso de tus ojos.

No puedo escapar,

no quiero escapar.

Aunque dé miedo,

aunque todo sea de nuevo para ser como no lo ha sido jamas.

Para cantar desafinados

los acordes que no podemos recordar.

Y despues...

si hay un despues...

Y mañana al despertar,

sin haber apenas descansado,

en una cama deshecha de amor en poco espacio,

el frio de la luz no sera tan malo.

Y lo que tenga que venir, que venga

que aún tengo cosas que hacer antes de Marzo.
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