Es curiso como algunas sensaciones te asaltan sin avisar, sin que puedas evitarlo, sin darte tiempo a reaccionar...
Se deslizan entre sombras, por la noche, y te atacan sin piedad en ese frágil momento que se mueve entre la vigilia y el sueño, entre tu fantasía y la realidad...
Sensaciones mezquinas y cobardes, que no te dejan descansar jugando a torturarte, negandote la paz del reposo que demanda tu alma agotada...
Esas sensaciones que velan tu insomnio, como esa sensación de soledad, el desampara que me visita últimamente cuando solo deseo soñar...
Una sensación de melancolía del abandono, de silencio sin piedad. Una sensación que me invita a sentirme desahuciada de lo que algunos llaman felicidad...
Y me despierto de mi vigilia gritando sin hablar, que otras sensaciones mezquinas acechan y no las quiero despertar...
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