Otra vuelta de tuerca, otro cambio más.
Esperado o inesperado, eso ahora ya da igual.
Me he caído, he tropezado, como siempre que intento andar
y ahora mis pies dicen que no pueden más...
Voy a abandonar el camino,
sentarme a descansar,
que no me dirijo a ningún sitio,
que las piedras no me dejan avanzar:
arañan mis pies descalzos
que se arrastran, al sangrar,
la infinita melancolía de un nunca jamás.
Voy a apartarme a un lado,
miraré a la gente pasar
envidiando a los que tiene rumbo,
a los que no han caido,
a los que no saben qué es llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario