lunes, 28 de mayo de 2007


Otra vuelta de tuerca, otro cambio más.
Esperado o inesperado, eso ahora ya da igual.
Me he caído, he tropezado, como siempre que intento andar
y ahora mis pies dicen que no pueden más...


Voy a abandonar el camino,
sentarme a descansar,
que no me dirijo a ningún sitio,
que las piedras no me dejan avanzar:
arañan mis pies descalzos
que se arrastran, al sangrar,
la infinita melancolía de un nunca jamás.

Voy a apartarme a un lado,

miraré a la gente pasar

envidiando a los que tiene rumbo,

a los que no han caido,

a los que no saben qué es llorar.

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