domingo, 28 de enero de 2007


Atrapada, encerrada tras mi propia piel


Me encuentro prisionera de la barrera que yo misma he alzado a mi alrededor.


Pacientemente, piedra a piedra, he creado mi particular barrera de contención.


Esa barrera infranqueable, un muro inexpugnable que es mi condena y mi protección, levantada con ahínco a lo largo de los años.


Una barrera para protegerme del mundo (o, quiza, para proteger al mundo de mí)


Una frontera que suelo disfrazar: a veces indiferencia; otras cinismo e ironía; en ocasiones despreocupada locura, actos impulsivos e irracionales; raras veces silencio, actitud taciturna, timidez extrema; algún dia que otro sencillamente mala leche...


Un elenco de roles, miles de "yo" cuya única misión es ocupar provisionalmente el lugar de ese pequeño yo perdido, miedoso, frágil, que se esconde tras mi barrera inexpuganable...


O no tan inexpugnable...


Porque a veces se debilita, se le abren grietas por donde escapan rescoldos de mi alma...


Fisuras por donde se derrama en forma de palabras...


Retazos de mi misma que mueren si no llegan al papel, porque son étereos, timidos y fugaces y solo el papel, con su inmaculado magnetismo, los puede retener...


Pero yo, como diligente defensor de mi castillo, me apresuro a cerrar esas fisuras por donde puede doler


Porque la vida es hostil, porque el miedo es cruel


Prefiero seguir escondida, protegerme tras la barrera, perderme en el laberinto que yo misma diseñe...


O quiza no lo prefiero, quiza es que no encontré, en algún momento del camino, el modo de volver


Quiza no me proteja, quiza realmente esté, como he dicho al principio, atrapada en mi piel...

No hay comentarios:

""