Seguro que conoces esa sensación: esa presión en el pecho que te ahoga, te paraliza, no te deja respirar; que lo mismo te para el corazón que te lo acelera al límite de su resistencia...Es la peor sensación del mundo...Es el MIEDO...
Ese sentimiento mezquino, resbaladizo, que no puedes controlar porque es tan irracional que a veces ni siquiera eres consciente de que lo sientes...A veces solo sabes que no puedes, que, por algun extraño motivo, tu cuerpo, tus palabras o tus actos han dejado de pertenecerte y te mueves por impulsos, por resortes, como un reloj que no puedes controlar y, mucho menos, detener...
Y es entonces cuando aparece el daño, porque esa es otra de las odiables ruindades de este sentimiento: siempre causa dolor. Daño a ti mismo, daño a los demás, a los que más quieres, y siempre de forma involuntaria...Pero es porque el miedo, en sí mismo,es cobarde y se disfraza de otras cosas, para que no lo podamos reconocer y luchemos contra él. Así, el miedo se tranforma por ejemplo en odio, que nos lleva a la ira a dañar a los demás; el miedo tambien nos hace levantar barreras para impedir a otros que se acerquen y así nos hacemos daño a otros y a nosotros mismos; el miedo tambien nos lleva a exigirnos hasta límites inhumanos, a forzarnos hasta donde no forzaríamos a nadie más y de nuevo volvemos al daño...
El miedo nos lleva a refugiarnos en las cosas más insospechadas y,casi siempre, dañinas; en las escusas más estúpidas e inverosímiles o en las fantasías más aberrantes...
El miedo nos domina de forma que no nos demos cuenta, con mezquindad, con avaricia...
Pero,¿sabeis que? Tambien existe una salida: dejarse caer. Ponerse al borde de nuestro abismo y decidir saltar dentro de él, solo por ver que pasa. Dejar atrás el dolor, ignorar las voces disonantes que te dice que qué demonios haces y probar...Probar, y como dice George Clooney en su papel de Dany Ocean en la pelicula de Ocean's eleven: "jugar, jugar como si no tubiéramos nada que perder"
Ese sentimiento mezquino, resbaladizo, que no puedes controlar porque es tan irracional que a veces ni siquiera eres consciente de que lo sientes...A veces solo sabes que no puedes, que, por algun extraño motivo, tu cuerpo, tus palabras o tus actos han dejado de pertenecerte y te mueves por impulsos, por resortes, como un reloj que no puedes controlar y, mucho menos, detener...
Y es entonces cuando aparece el daño, porque esa es otra de las odiables ruindades de este sentimiento: siempre causa dolor. Daño a ti mismo, daño a los demás, a los que más quieres, y siempre de forma involuntaria...Pero es porque el miedo, en sí mismo,es cobarde y se disfraza de otras cosas, para que no lo podamos reconocer y luchemos contra él. Así, el miedo se tranforma por ejemplo en odio, que nos lleva a la ira a dañar a los demás; el miedo tambien nos hace levantar barreras para impedir a otros que se acerquen y así nos hacemos daño a otros y a nosotros mismos; el miedo tambien nos lleva a exigirnos hasta límites inhumanos, a forzarnos hasta donde no forzaríamos a nadie más y de nuevo volvemos al daño...
El miedo nos lleva a refugiarnos en las cosas más insospechadas y,casi siempre, dañinas; en las escusas más estúpidas e inverosímiles o en las fantasías más aberrantes...
El miedo nos domina de forma que no nos demos cuenta, con mezquindad, con avaricia...
Pero,¿sabeis que? Tambien existe una salida: dejarse caer. Ponerse al borde de nuestro abismo y decidir saltar dentro de él, solo por ver que pasa. Dejar atrás el dolor, ignorar las voces disonantes que te dice que qué demonios haces y probar...Probar, y como dice George Clooney en su papel de Dany Ocean en la pelicula de Ocean's eleven: "jugar, jugar como si no tubiéramos nada que perder"
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