domingo, 21 de enero de 2007


Inevitable, inabarcable

como ese fuego que te quema y arde en tu mirar

y hace que tus ojitos brillen, traviesos, mientras te acercas y sonríes.

Y es calor,

y el equilibrio (que ya sabes, es imposible)

hace que vuelva a caer,

acelerada la respiración,

en el brillo travieso de tus ojos.

No puedo escapar,

no quiero escapar.

Aunque dé miedo,

aunque todo sea de nuevo para ser como no lo ha sido jamas.

Para cantar desafinados

los acordes que no podemos recordar.

Y despues...

si hay un despues...

Y mañana al despertar,

sin haber apenas descansado,

en una cama deshecha de amor en poco espacio,

el frio de la luz no sera tan malo.

Y lo que tenga que venir, que venga

que aún tengo cosas que hacer antes de Marzo.

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