Acabo de regresar de unas vacaciones de mi vida...
Me fui, huyendo de mi misma...
De todo lo que soy y nunca quise llegar a ser.
De todo lo que tengo y no me haría falta tener.
Un par de días de dulce indolencia, de vida disoluta y despreocupada.
De días que son noches y noches más vivas que el día.
De vida desordenada en buena compañía...
Un par de días que son islas en el maremoto que ultimamente es mi vida...
Un par de días de buenas conversaciones,
de canciones desentonadas y copas vacías...
Y ahora que me he dejado caer en mi abismo personal,
ahora que todo se sucede a vertiginosa velocidad...
Ahora que todo se me vuelve del revés
creo que me vendrá bien aprender a escapar...
Como estos dos días de vacaciones de mí.
Garcias a todos aquellos que los habeis hecho posibles...
que, como decía algun sabio:
" Bares, que lugares tan gratos para conversar
no hay como el calor del amor en un bar"
Estoy deseando repetir...
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