Puedes llamarlo placer...
Podría ser simple necesidad...
Esa sensación que me eriza la piel,
que otra noche más me lleva a buscar
el calor que funde
mi soledad de hielo y cristal...
El frío de mis sábanas vacías,
la añoranza de un cuerpo
que me hace vibrar
rozando con sus dedos
las esquinas de mi ansiedad.
Podría ser solo el calor
(que la Luna me niega al ser de metal)
lo que pide a gritos mi silencio,
lo que mi cuerpo tiembla al recordar
el peso de tu cuerpo
tus manos, tu pelo,
el aliento que le das.
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