Si ya no se puede retroceder...
El camino andado puede doler,
sangrar las viejas heridas que, una vez más, se abren
para recordarme lo que ya se...
Que nunca será para mí,
que, aunque me empeñe, siempre tropiezo con mis pies...
Pero no puedo volver atrás,
pero no puedo retroceder,
por eso sigo avanzando
a trompicones, tropezando una y otra vez...
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