No me hables...

No te acerques...

No me toques...

No preguntes...

No quiero esucharlo...

No quiero sentirlo...

No quiero hablar...

Mi vida es un tiovivo de desilusiones

y esto solo ha sido otra vuelta más...

Dejadme en paz

Ahora necesito perderme

Ahora solo quiero descansar

...

...

...

...

...

...

...

...

Dejadme que duerma mi soledad

.

.

.

.

(Que cada cual piense lo que quiera, esto es solo un post que necesitaba soltar. No está madurado, simplemente hay veces que las cosas te queman por dentro y las tienes que liberar)

Me pesa ya mucho esta máscara

de mi alegría de Carnaval.

Estoy cansada de maquillar mi melancolía

y, vestida de fiesta, sacarla a pasear.

Puedo seguir fingiendo que no pasa nada,

que todo está bien,

que no va a cambiar.

Puedo seguir muriendo por dentro,

consumiendo mi angustia en soledad,

seguir sonriendo a cualquier precio,

aunque a veces solo me apetezca llorar.

Puedo parecer que soy valiente

aunque mi alma tiemble de miedo.

Puedo fingir que sigo adelante

siempre avanzando,

afrontando retos,

aunque ya no se si realmente avanzo,

ni dónde voy,

ni si es lo que quiero.

Quiero...

Quiero gritarle al viento que por fin soy libre

Quiero contarle a las estrellas que por fin soy feliz

Quiero bailar bajo la luvia desprecupadamente

Quiero que me limpie el corazón

Quiero bañarme desnuda en el mar

Quiero visitar países dónde no entienda a la gente al hablar

Quiero que el Sol me dore la piel

y que las olas del mar me bañen los pies

Quiero dormir cada noche bajo un cielo diferente

pero nunca más sintiéndo soledad

Quiero hayar mi lugar en el mundo

Quiero saber que allí podré descansar

Pero ahora quiero sentir intensamente

Quiero comerme la vida a grandes mordiscos

Quiero sentir que vuelvo a poder saborear

Creo que he perdido algo,
pero no se muy bien el qué...
Siento que me falta una parte
pero no se de dónde...

Como esa pieza suelta del rompecabezas
que no encaja en ningún sitio
a pesar de que aún hay un hueco sin su pieza...

Voy a ir a la oficina de objetos perdidos de mi alma
a ver si allí saben qué me falta.
A lo mejor alguien encontró esa parte de mi en mitad de la calle
y, por no saber qué hacer con ella, la escondió en mi alma.

Por eso no sé dónde está escondida,
por eso no sé que pieza me falta,
por eso creo que sigue perdida
y no puedo acabar mi puzle de esperanzas.

Ultimamente no me entiendo...

Puedo estar undida en el barro

y un segundo después rozando el cielo.

Puedo creer que lo he logrado

y luego pensar que nunca llego.

Puedo pensar que todo está claro

y luego no saber qué es lo que quiero.

Si tengo lo que siempre había soñado

o es cierto que he vuelto a perderlo.

Puedo sentir que el día es cálido

y después perderme en medio del hielo.

Puedo sentir el corazón acelerado

y luego pensar que del todo a muerto.

Puedo creer que he acertado

y luego pensar que nunca hago lo correcto.

Que una vez más en mi vida he fallado

o que mi fallo es no ver el éxito.

Puedo decir que me he encontrado

y no saber dónde me encuentro.

Si soy lo que quería haber hayado

o solo soy mi premio de consuelo.

Por eso digo

que últimamente no me entiendo...

He tomado una decisión,
y, cuando lo hago, soy implacable...

Me he hecho una promesa
y lo que prometo, lo cumplo;
porque lo prometido es deuda,
y con mi honor no se juega.

Quiza mi decisión no sea la correcta
(soy experta en fallar en mis planes de vida)
pero, una vez decidida,
la llevare adelante...

Nunca me importa lo que cuesta,
nunca me paro a pensar en lo que duele,
si me da más o más me quita,
si es racional o solo lo que mi irracionalidad quiere.

Y así llego a estas situaciones absurdas
como vivir una vida que no es la mía
o que es la mía pero que no debería serlo
o que es la mía pero ya no es lo que quiero.

Pero yo sigo adelante con mi plan de vida
(ese que siempre falla)
porque me he hecho una promesa,
he tomado una decisión,
he dado la palabra que más vale:
a mí misma, la mía.

Y sigue lloviendo todo el mes de Abril...

Y yo, que soy una hija del Sol,

estoy cansada de caminar bajo una lluvia

que me empapa sin limpiarme,

que me cala hasta los huesos

y me hiela el corazón...

Pero ahora parece que quiere salir el Sol

Ese Sol que tanto añoro

Ese Sol que rompe las nubes,

me calienta el alma,

me ilumina el corazón...

Parece asomarse tímidamente,

aunque puede que solo sea una ilusión

y vuelva de nueva a llover

a calarme el corazón...

Ahora toca tener paciencia,

apartarme a un lado y esperar

a ver si sale el Sol...

Como cuando llegas a la estación antes de tiempo

y te sientas en un banco

a ver si llega tu tren...

Pues voy a sentarme en el banco

voy a ver si es ese mi tren

si al final sale el Sol

y esta Primavera deja de llover

Hoy voy a hacer un ejercicio de introspección

Hoy quiero pedir perdón

Perdón por todos mis defectos...

Perdón por las veces que he defraudado a los que más quiero

Perdón por las veces que les he hecho daño

Perdón por actuar a veces demasiado rápido

Perdón por ser demasiado impulsiva

Perdón por hablar sin pensar bien lo que he dicho

Perdón por ser a veces arisca y fría

Perdón por ser insegura

Perdón por ser enfermizamente tímida

Perdón por no saber expresar mis sentimientos

Perdón por hacerlo cuando y como no debo

Perdón por no entender muchas veces lo que siento

Os pido perdón

No sabeis cuanto siento

tener que ser yo

y dañar lo que más quiero.

(No puedo cambiar lo que soy, pura imperfección, pero puedo tratar de contenerlo, solo dadme la ocasión y tiempo al tiempo)

A veces me pregunto por qué nunca soy "ella",

por qué nunca soy la deseada,

por qué nunca soy la que se espera...

Por qué siempre soy la amable,

la graciosa,

la diversión pasajera...

Por qué nunca soy la que viene a quedarse

Por qué nunca soy la opción buena...

Y luego me pregunto si alguna vez seré "ella",

si alguna vez me sentiré deseada,

si alguna vez seré la que se espera.

(me gustaría saber, por una sola vez, que se siente al no ser una perdedora)

A lo largo de mi vida he cometido errores estúpidos, doloroso, inútiles... pero últimamente he cometido un error garrafal del que nunca me creí capaz...

He bajado la guardia, he relajado mis armas de auto-defensa y me he mostrado vulnerable, sin coraza que me proteja...

Y como es normal, he salido herida

Y duele

Pero yo os prometo que no se volverá a repetir

Voy a reconstruir mi fortaleza y será más inexpugnable que nunca

Voy a levantar las partes de muralla que estúpidamente dejé que cayeran

Voy a protejerme del exterior

Voy a curar mis heridas en soledad

No voy a dejar que nunca más me hieran

Voy a ser de nuevo ese Angel De Bruma

La Reina del Hielo

¿Por qué nunca decimos lo que realmente queremos decir?

¿Por qué creamos discursos absurdos, circunloquios que solo sirven para hablar sin sentir lo que decimos?

¿Por qué no podemos gritar, elevar la voz sobre los fantasmas del miedo y cantarle al viento lo que realmente queremos sacar fuera?

¿Por que nos encerramos tras barreras de silencio, de actitudes frias, de charara inútil, de pretendida poesía verbal?

¿Por qué nos asusta mostrarnos tal cual?¿Por que nos callamos, dañandonos nosotros mismos y a los demás?

Quizá lo sepa, pero prefiera callar...

Quizá no lo sepa, pero prefiera no escuchar...

Me quedo con mi silencio, mi absurda chachara, mi pretendida poesía y su frialdad

Es triste ver cómo las cosas se agotan

cómo las flores se marchitan

cómo los dias se apagan cuando el Sol muere tras las montañas...

Es triste ver cómo hasta lo más bello envejece

y ya no es nunca más como lo fue en un tiempo

Es triste ver que la ilusión pasa

y se te escurre entre los dedos como un puñado de arena

Es triste ver que el camino se acaba y al final solo hay un acantilado que te impide continuar avanzando

Es triste que nadie intente detenerlo

que creamos que es inútil luchar contra el tiempo

Es triste que nos resignemos a que todo muera

y más triste aún cuando es lo que menos queremos

Mi vida sin mi...

A veces, me vuelvo egocéntrica y me pregunto qué sería de mi vida sin mi... Como en el título de esa maravillosa película, como una silla vacía en el banquete de mi vida...

¿Cómo sería la vida de aquellos a quienes quiero, a quienes conozco, de aquellos de la vida de los cuales alguna vez formé parte? Por supuesto que seguirían adelante, que podrían (y, de hecho, pueden) vivir sin mi perfectamente pero, a veces me pregunto... ¿he cambiado yo en algo sus vidas?¿les he afectado en lo más mínimo? Y entonces solo puedo pensar que, aunque les haya ayudado en algo una única vez, aunque haya contribuido a hacer su vida un poco más feliz una única vez, para mi habrá merecido la pena...

Pero, ¿y si yo no hubiera existido? Entonces me gusta pensar que eguro que hubiese habido alguien ahí para hacer ese papel por mí, quizá incluso mucho mejor de lo que yo lo hubiese podido hacer...

Y con mi vida sin mi, ¿qué sería de mi en otra vida?¿qué haría yo si pudiese empezar de cero en otro lugar?¿Cambiaría algo de como soy, de cómo siento?¿Tomaría decisiones diferentes?

Y luego pienso que no, que yo soy así por mis circunstancias, por las decisiones que la vida me ha llevado a tomar y que, aunque a vees han sido duras y me han hecho daño, también me han enseñado, me han llevado a ser como soy y ahora que me conozco (y que no puedo ser de otra manera) no cambiaría mi forma de ser. Porque es como siento, porque es la más correcta que conozco segun mis principios y porque, al fin y al cabo, es lo que mi vida (esta vez conmigo) me ha llevado ser...

Y aún así a veces me pregunto... ¿Qué sería de mi vida sin mi?

La felicidad puede ser algo tan simple como comerte una buena tarrina de chocolate...

Como dar un paseo lento, sin prisas, merodeando por el placer de merodear...

Pero también puede ser algo complejo y retorcido que no lo alcanzas a entender: simplemente sabes que está ahí, disfrutas de esa sensacion tan maravillosa sin plantearte nada más, sin pensar nada más porque realmente no sabes que pensar y es mejor así.

La felicidad...

Una palabra que nos angustia, nos pasamos media vida intentando alcanzarla y, cuando menos lo esperamos, ¡zas!, llega de improviso y sacude nuestro pequeño mundo, poniéndolo patas arriba.

El problema es que a veces nos obcecamos tanto en alcanzar la felicidad que cuando llega no somos capaces de darnos cuenta o queremos disfrutarla tanto que la desaprovechamos por miedo a que se esfume...

Así que voy a dejar de preocuparme, voy a dejar de pensar y voy a empezar a comerme mi enorme tarrina de chocolate.